La primera vez que escuché a Rayos Láser fue una noche de esas en las que todo parece moverse lento y tu cabeza va más rápido que el mundo. Alguien puso “Un acto mágico” y me acuerdo de haber sentido que el tema me estaba diciendo algo que yo todavía no sabía cómo decir (muy cursi, ya sé). Desde entonces, volví muchas veces a su música, y siempre me encontré con algo nuevo, una melodía que abriga, una letra que da en el blanco, un beat que te saca del pozo. Por Oke Sauny
Eso tiene Rayos Láser. Esa manera de decir, de emocionar sin empalagar, sin invadir.
Hoy, después de más de una década de música, la banda atraviesa un momento de madurez artística y emocional que se siente en cada canción de Ya no estoy aquí, su sexto disco. Como ellos mismos nos cuentan a Pogonews: “Encontramos una forma muy honesta de hacer música, sin presiones externas. Hay un equilibrio entre el deseo de seguir creciendo y el disfrute de lo que ya logramos.”
Rayos Láser nació de la mano de Tomás Ferrero (voz y guitarra), Gustavo "Gringo" Rodríguez (guitarra y voz) y César Séppey (bajo y coros) en 2011 en Villa María, Córdoba. Desde entonces, desarrollaron un lenguaje propio que mezcla guitarras, pop y sintetizadores, sin perder nunca el pulso íntimo y emocional que los caracteriza. “La electrónica fue apareciendo de forma natural. Nunca lo pensamos desde lo estético, sino como una forma más de expresión. Siempre desde un lugar emocional”, explican.
Ese equilibrio se refleja en Ya no estoy aquí, un disco breve y contundente, con ocho canciones que funcionan como postales de una época de transición: despedidas, cambios, mutaciones. “No hubo un concepto cerrado desde el inicio, pero sí un estado emocional común. Algunas ideas nacieron desde la guitarra, otras desde loops. Lo fuimos armando mientras nos reconocíamos en esas nuevas sonoridades.”
Una de las joyas del álbum es “El día y la noche”, colaboración con Juan Ingaramo que surgió sin cálculo ni estrategia. “Con Juan tenemos una relación de mucho respeto. Lo invitamos al estudio, escuchó la canción y conectó enseguida. Fue un encuentro natural, sin más vueltas. Su participación terminó de darle sentido al tema.”
La producción estuvo en manos de Mariano Otero, figura clave para llevar el sonido del disco “a otro nivel”. “Mariano entendió enseguida hacia dónde queríamos ir. Nos ayudó a potenciar eso que ya traíamos, con una mirada muy fina sobre el detalle, pero sin invadir. Con él nos animamos a probar caminos nuevos sin dejar de ser nosotros.”
Y parece que ese riesgo dio frutos. Porque si bien Rayos Láser ya era una banda sólida en Argentina, Ya me hiciste mal los catapultó a nuevos públicos. “Lo que pasó en México fue muy fuerte. Empezamos a recibir mensajes, propuestas… Fue una confirmación de que la música, cuando es honesta, viaja más lejos de lo que uno imagina.” Ese crecimiento regional no es casual ni improvisado. “Venimos trabajando en una expansión regional, especialmente en Latinoamérica, pero también estamos proyectando presentaciones en España y Estados Unidos. Vamos paso a paso, pero con una dirección clara.”
En vivo, la banda se transforma. Las canciones crecen, respiran, mutan. “Queremos que los shows sean una experiencia sensorial y emocional. Que el público se sienta dentro de una narrativa. Armamos cada setlist con cuidado, buscando momentos de intimidad, otros más festivos, jugando con los climas.”
Hay temas que son inevitables: “Ya me hiciste mal”, “Lo que dura un momento”, “La distancia”. Pero otras como “El día y la noche” o “No me digas que no” cobran una nueva fuerza en escena. “Nos gusta dejar espacio para que las canciones respiren diferente en el vivo.”
Hace unos años hablaban del “fogón digital” como una forma de nombrar la convivencia entre lo acústico y lo electrónico. Hoy, esa fusión se siente más natural que nunca. “Nuestra identidad digital ya no es un contraste, sino una herramienta más para emocionar. Lo humano sigue siendo el centro.”
Y lo que viene no se queda en un solo formato. “Tenemos ganas de experimentar con EPs temáticos, proyectos paralelos, incluso formatos audiovisuales. No hay hoja de ruta, pero sí una necesidad muy clara de seguir desafiándonos.”Después de tantos años, los sueños también evolucionan. “Cuando empezamos, soñábamos con tocar en festivales, grabar discos, viajar… Muchas de esas cosas ya las vivimos. Pero nos gustaría hacer una gira grande por Latinoamérica, tocar en teatros importantes, colaborar con artistas que admiramos. Y, sobre todo, seguir haciendo música que nos represente.”
Rayos Láser hace canciones para acompañarte. Para que las pongas un domingo nublado. O un miércoles yendo al trabajo. Para que te bailes la tristeza o te animes a nombrarla. Y ahí está la clave, Ya no estoy aquí no es solo una frase, es una declaración.
Rayos Láser está aquí, ahora, y quiere invitarte a compartir esa presencia. Buscá tus entradas para verlos en vivo en alpogo.com