salas velatorias

    
       Como si respondiera a un agotamiento generalizado, a una tristeza compartida o a una protesta silenciosa contra la lógica del like y la autoexplotación, cada vez aparecen más bandas que funcionan como puntos de fuga.
Salas Velatorias es una de ellas: una aparición ritual que invita a bajarnos del trencito productivista con sonoridades postpunk, pedacitos new wave, rock gótico y un trance prometedor. Por Clarisa Alba Gómez

Es una banda que se siente cómoda en el cementerio, que le encuentra el gustito al velorio y que habita lo bonito de llorar, frenar y dejar de producir. Recupera la crudeza ricotera y se planta frente al muñeco inflable de la alegría de plástico capitalista. “En un sistema que te vacía y que te dice que tenés que estar bien, con esa positividad tóxica, nosotros nos alzamos hacia la introspección”, me dice Fede, compositor y bajista. Y remata: “La manifestación emocional como forma de protesta”. La frase queda flotando como un post-it mental, un mantra para sobrevivir al día.

Pienso entonces en lo que Deleuze y Guattari llamaban punto de fuga: ese resquicio por donde el deseo escapa cuando la vida se vuelve demasiado rígida. Ese lugar donde dejamos de ser máquina útil y volvemos a ser cuerpo, emoción, respiración. Salas Velatorias funciona justamente así: como una fisura posible en medio de la saturación contemporánea.

El cementerio como escenario

Una tarde de sol en el Cementerio San Jerónimo, rodeados por la monumentalidad neoclásica y renacentista, la banda se adentra sin miedo en el existencialismo, el duelo y la melancolía. Sentarse a leer un libro, una charla, unos mates, una pausa en medio de la ciudad.

“Hay algo curioso que sucede con Salas velatorias —me cuenta Fede—. Es una convergencia de emociones: tristeza, sí, pero también alegría, alivio, incomodidad. Hay cierta belleza ahí, en esa reunión extraña que no sabemos bien cómo nombrar”.

El cementerio, con su carga simbólica y su memoria sedimentada, se vuelve un enclave ideal para pensar rituales del presente. Esa potencia aparece en la nueva producción fotográfica de la banda: la arquitectura funeraria dialoga con una estética contemporánea del postpunk cordobés.

salas velatorias

La banda y el ritual

Salas Velatorias está formada por Federico Palacio en bajo y voz líder, Salvador Velázquez en batería, Juan Venancio Marchio en guitarra y coros, Iñaki Arsaute en guitarra y coros, Ramiro Montenegro en saxo y Ernesto Santiago Bojanich Zahnd en teclados y sintetizadores.

Con más de cinco años de trayectoria, nacidos en plena pandemia, un antes y un después, un momento de aceleración e hiperconectividad que nos dejó más solos. La banda opera como un pequeño rescate afectivo colectivo. Nos reúne en la multitud para sentirnos menos solxs. Para llorar, si hace falta. 

“Siempre, en cada fecha, alguien llora”, dice Fede. “Pero para bien. Porque es como catártico. Lo lírico, las letras, la experiencia de cantar juntxs estas emociones tan fuertes… ahí está nuestra forma de protesta”.

Lamentario

Lamentario es el nuevo álbum de estudio de Salas Velatoias, y es una palabra inventada: “una manifestación de la alienación urbana de nuestra emoción” me dice Fede y yo pienso quién te conoce RAE. No me parece casual la urgencia cada vez más latente de inventar nuevas formas de nombrar lo que nos pasa. 

El disco propone una estética más madura y conceptual, donde las raíces postpunk conviven con texturas electrónicas y nuevas exploraciones. Aborda la alienación, la memoria, los rituales urbanos. Las letras cuentan historias, ficciones que intentan entender una realidad desbordada, una canción escrita hace años, donde una persona fallecida intenta comunicarse a través de lo virtual, a lo blackmirror, imágenes oscuras en  movimiento. 

Grabado entre agosto y octubre de 2025 y producido junto a Popscuro Records, ya se encuentra disponible en todas las plataformas, acompañado de una edición física limitada.

Tras presentarse en Córdoba Capital, Río Cuarto, Alejandro Roca, La Plata, CABA, San Luis y Villa María, la banda se propone este año recorrer el país llevando su poética emocional, musical y teatral a cada rincón.

Un ritual para llorar juntos, gritar un poco y encontrar, aunque sea por un rato, un punto de fuga. Escuchá en vivo a Salas Velatorias, conseguí tus entradas en Alpogo.com